Es más casa que cuerpo.
Si alguien se aventurara a abrir sus ventanas
traquearía.
Tiene cimientos la casa, no piernas.
Ni manos,
ni lengua.
Y no se sabe dónde está la puerta,
ha cicatrizado.
La casa hace de huevo:
hay que demolerla para entrar en ella.
«Cimientos», de Sebastián Martínez Vanegas
15,00 €
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