A comienzos de 1963 un librero de Boston fue detenido y conducido a comisaría. Su delito: vender una obra considerada como obscena y, por tanto, contraria a la ley. Se trataba de El almuerzo desnudo de William Burroughs. Ante esta situación, la editorial Grove Press, de forma hábil, decidió personarse en el proceso legal como perjudicada. EL juicio, entonces, ya no sería contra un ...