Arrietty es más diminuta que un terrón de azúcar. Y sin embargo es muy valiente, porque con una aguja como espada deberá salvar a toda su familia, con la que vive bajo el suelo de un viejo caserón. Estos pequeños grandes héroes no son duendes. Son seres humanos pequeñísimos y muy reales, como son reales sus miedos, sus alegrías, sus triunfos y sus amores.