París estaba esperándole, y allí el joven frecuentaría la mejor escuela de arquitectura de la época. Andras llevaba en el bolsillo una carta, sin saber aun que aquellos pocos folios le llevarían a conocer a Klara, una mujer frágil y hermosa, que miraba el mundo con ojos tristes y dirigía una escuela de ballet clásico. Tras unos meses de dudas y recelos, su historia ...