La mejor manera de hablar de la estupidez sin caer en su trampa consiste en dejar que hable ella. Que nos hable de los beneficios que ha reportado a lo largo de los siglos a eruditos, ricos y poderosos, a cortesanos, clérigos y dogmáticos, embebidos todos ellos del don del orgullo, esa hada madrina que cumple todos los deseos del estúpido.
Jean Paul nos ofrece ...