Fue el propio Drake quien llevó personalmente las cintas del máster a Island Records, dejándolas sobre el mostrador de recepción y marchándose sin decir nada. No podía ser más coherente. Su último disco tenía que ser él y solo él. Sin acompañamiento y con una dolorosa austeridad, Nick Drake se vacía por completo en sus surcos. Fue inútil, Pink Moon se estrelló casi antes ...