El sol puede hacer que alguien pierda la cabeza en un campo de tiro. ¿Sólo el sol? También el pasado y el miedo, la realidad y lo que nunca se ha atrevido a contar.
«Y es que en La Habana cualquiera puede interpelar a cualquiera como si se conocieran desde la más tierna infancia, desde los pañales y el babero. Como si hubiesen ...