JOSÉ SABORIT VIGUER nació en Valencia, ciudad en la que reside y donde pinta, escribe y trabaja como catedrático en la facultad de Bellas Artes la UPV. Su pintura ha sido expuesta en galerías de arte e instituciones, y recogida en diversos catálogos (el más reciente Más al Sur, IVAM, 2012). Entre sus libros cabe destacar La imagen publicitaria en televisión (Cátedra, 1988, con cuatro ediciones), El hígado de las estrellas (Valencia, 1992), La construcción de la Naturaleza (con José L. Albelda, Generalitat Valenciana, 1997), Retórica de la pintura (con Alberto Carrere, Cátedra, 2000), El sol del membrillo. Una película de Víctor Erice sobre el trabajo del pintor Antonio López (Nau Llibres-Octaedro, 2003), Flor de sal (Pre-Textos, 2008), Formas de caminar (UPV, 2009) y La eternidad y un día (Pre-Textos, 2012). También ha escrito textos para catálogos de artes plásticas, revistas y diarios. Junto a Manuel Ramírez dirigió la colección de libros de arte y literatura "Correspondencias" (Pre-Textos-UPV). Recientemente ha sido nombrado académico electo de la Real Academia de San Carlos.
Un pintor se retira a una casa en la montaña durante un largo verano y busca allí las condiciones propicias para terminar los cuadros de una exposición. Eso le permite reflexionar sobre aquello que mira, piensa y hace, mientras va sumando anotaciones: contrahuellas de una gran escalera que asciende la montaña para ganar visión y perspectiva aérea, una teoría de las distancias que va ...
“¿Para pintores? a pintores, porque estos fragmentos, más que describir o analizar el hecho pictórico, quieren mover al lector hacia la pintura y hacia el pintar. Por tanto, aunque se dedican a la pintura ponen el acento en el pintar, en eso que los pintores hacen, mientras lo están haciendo; y más que a los resultados de esa acción convertidos en cuadro o producto ...
Ese ruido de nada tras la verja, y esta ausencia de brisa, esta quietud, transforman lo que veo, apenas sin mirar, en un jardín inmóvil, detenido como un cuadro perfecto, como un texto varado en su belleza inconmovible.
Sólo la luz despunta en el remanso verde con su sabio reparto en los acentos, tildes negras, brillantes algarrobas, palimpsesto amarillo en la hoja del cerezo y asteriscos de sol en la resina.
Un pintor se retira a una casa en la montaña durante un largo verano y busca allí las condiciones propicias para terminar los cuadros de una exposición. Eso le permite reflexionar sobre aquello que mira, piensa y hace, mientras va sumando anotaciones: contrahuellas de una gran escalera que asciende la montaña para ganar visión y perspectiva aérea, una teoría de las distancias que va ...
“¿Para pintores? a pintores, porque estos fragmentos, más que describir o analizar el hecho pictórico, quieren mover al lector hacia la pintura y hacia el pintar. Por tanto, aunque se dedican a la pintura ponen el acento en el pintar, en eso que los pintores hacen, mientras lo están haciendo; y más que a los resultados de esa acción convertidos en cuadro o producto ...
Ese ruido de nada tras la verja, y esta ausencia de brisa, esta quietud, transforman lo que veo, apenas sin mirar, en un jardín inmóvil, detenido como un cuadro perfecto, como un texto varado en su belleza inconmovible.
Sólo la luz despunta en el remanso verde con su sabio reparto en los acentos, tildes negras, brillantes algarrobas, palimpsesto amarillo en la hoja del cerezo y asteriscos de sol en la resina.