Marina Sáez nació en Barcelona. Cada fin de semana despertaba a sus padres con toda clase de dibujos. Años después, la cosa sigue más o menos igual. Le gusta dibujar bigotes de gato y salirse de la raya. Y aunque lo ordene todo por colores, siempre le da mucha pereza sacar punta a los lápices. Actualmente combina su profesión de ilustradora con la docencia. Ha expuesto su obra en Barcelona, Atenas, Chicago y Berlín.
¿No sería alucinante poder encontrar todo lo que hemos ido perdiendo? En 1995, una niña perdió el guante de la mano izquierda. Cuando lo buscaba, dio con el lugar adonde va a parar todo lo extraviado: el Museo Perdido. Tiene un montón de pisos y está lleno de salas geniales y de cachivaches que nunca creíste que volverías a ver.
¿No sería alucinante poder encontrar todo lo que hemos ido perdiendo? En 1995, una niña perdió el guante de la mano izquierda. Cuando lo buscaba, dio con el lugar adonde va a parar todo lo extraviado: el Museo Perdido. Tiene un montón de pisos y está lleno de salas geniales y de cachivaches que nunca creíste que volverías a ver.