La épica en la sociedad contemporánea parece haberse refugiado en el mundo del deporte, repleto de héroes y villanos, de gestas y fracasos, de actos románticos y vilezas despreciables. Mitad teatro de los sueños, mitad negocio tan lucrativo como corrupto, el deporte ha encontrado algunos cronistas de excepción capaces de reflejar sugrandeza y sus ocasionales miserias. La carrera de Santiago Segurola probablemente sea uno ...