Julien Sorel, con dieciocho años, hijo de un carpintero, es contratado por el señor de Rênal como preceptor de sus hijos. Julien, muy guapo, muy pálido y muy esbelto, no tarda en ser la envidia de todos los burgueses y pequeños nobles de Verrières. El joven, convencido de que ha nacido para grandes cosas y «con un alma hecha para amar lo hermoso», ama ...