Cuando, ya instalado en Vence en pleno éxito internacional, Gombrowicz releyó estos cuentos, quedó sorprendido por la juventud que irradiaban, por la respiración del idioma, su gracia. 'Son escribe un artificio reverberante de fantasía, de invención, de humor, de ironía. Esos relatos vibran con cortocircuitos sorprendentes, con visiones inesperadas, bullen de buen humor y juego Hay que reconocer que en la escala de mis ...