Estos poemas inacabados de Villo Argumanez sí son poesía, y sí se resisten al análisis. Son poemas difíciles, muy difíciles. No son de los que se curan con aspirina, Valium o la Revolución, aunque hablen de dolor, amor, zozobra, tiempo y muerte. Aunque nada humano les sea ajeno. Son poemas necesarios, nada consoladores –ni autoconsoladores. Nada complacientes –ni autocomplacidos. Es más: en el libro, ...