Coja una idea, una escena, una situación. Dele la vuelta, obsérvela desde otro ángulo, desde un ángulo insólito; o mírela con los ojos de otro, con los ojos de una niña pequeña o de un tártaro o de un buzo. Permítase perderse en ese pensamiento distorsionado como si usted fuera zurdo o estuviese bajo los efectos de los psicotrópicos o lo estuviese mirando todo ...