«No se preguntará aquí para qué sirve la lectura, no. Porque la respuesta inmediata será, cada vez, toda vez, siempre: para nada. Para nada, sí: ni para ser mejor persona —como no se cansan de repetir los optimistas de la lectura—, ni para ser algo o alguien en la vida, ni para triunfar, ni para ser feliz, ni para resolver los dilemas antiguos y ...