DE EL ALAMEIN A ZEM ZEM

DE EL ALAMEIN A ZEM ZEM.

Autor/es

  • EAN: 9788493688721
  • ISBN: 978-84-936887-2-1
  • Editorial: REINO DE REDONDA
  • Traductor: ZARÍN, PANTELEIMÓN
  • Encuadernación: Cartoné
  • Medidas: 145 X 225 cm.
  • Páginas: 338

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Disponible 2 días

pvp 21,00 €


Prólogo de Agustín Díaz Yanes Traducción y notas de Antonio Iriarte

El 9 de junio de 1944, a los tres días de haber desembarcado con su regimiento en las playas de Normandía, Keith Castellain Douglas caía en Tilly-sur-Seulles, cerca de Bayeux. Sólo tenía veinticuatro años, pero ya había escrito los mejores poemas bélicos de su generación -admirados por T. S. Eliot y por Ted Hughes-, además del muy notable De El Alamein a Zem Zem, en el que narra sus experiencias durante la campaña aliada en el Norte de África. Nacido en 1920 en Tunbridge Wells (Kent), Douglas era un hombre complejo, un individualista de personalidad algo anárquica y displicente, siempre dispuesto a obrar por cuenta propia y a enfrentarse a la autoridad cuando le parecía preciso, lo que le valió no pocos problemas a lo largo de su vida. Cuando estalló la guerra, Douglas se alistó de inmediato, pero no fue enviado a Oriente Medio hasta julio de 1941. Como dice en su libro, «pensaba que la experiencia del combate era algo que debía adquirir. Con independencia de los cambios que se puedan producir en la naturaleza misma de la guerra, el campo de batalla es el sencillo escenario principal de la misma: es en él donde ocurren las cosas interesantes». La guerra del desierto ocupa un lugar aparte en la historia de la Segunda Guerra Mundial, por lo particular del lugar en que se desarrolló y por las connotaciones románticas que, a diferencia de la mayoría de las campañas del conflicto, indudablemente posee: el espíritu de Lawrence de Arabia no es ajeno a las aventuras de las «ratas del desierto» del VIII Ejército británico. No deja por eso de ser una guerra, con su acostumbrado séquito de muerte y devastación, y en De El Alamein a Zem Zem Douglas consigue retratar con brillantez tanto la extrañeza del marco geográfico, en el que el hombre parece estar de prestado, como el horror de los hechos que en él transcurren. De la Nota sobre el autor de Antonio Iriarte HOW TO KILL Under the parabola of a ball, a child turning into a man, I looked into the air too long. The ball fell in my hand, it sang in the closed fist: Open Open Behold a gift designed to kill. Now in my dial of glass appears the soldier who is going to die. He smiles, and moves about in ways his mother knows, habits of his. The wires touch his face: I cry NOW. Death like a familiar, hears and look, has made a man of dust of a man of flesh. This sorcery I do. Being damned. I am amused To see the centre of love diffused and the waves of love travel into vacancy. How easy it is to make a ghost. The weightless mosquito touches her tiny shadow on the stone, and with how like, how infinite a lightness, man and shadow meet. They fuse. A shadow is a man when the mosquito death approaches. [¿Túnez?-El Cairo, 1943] CÓMO MATAR Bajo la parábola de un balón, un niño que se convierte en hombre, miré al aire demasiado tiempo. El balón cayó en mi mano, cantó en el puño cerrado: Abre Abre Mira un regalo hecho para matar. Ahora en mi esfera de cristal aparece el soldado que va a morir. Sonríe, y viene y va de ese modo que su madre conoce, hábitos suyos. Los hilos tocan su rostro: yo grito AHORA. La muerte, como un allegado, lo oye y fíjate, ha hecho un hombre de polvo de un hombre de carne. Esta hechicería la llevo yo a cabo. Al estar condenado, me divierte ver el centro del amor difuso y las olas del amor viajar hacia el vacío. Qué fácil es hacer un fantasma. El mosquito sin peso toca su minúscula sombra sobre la piedra, y con qué parecida, qué infinita ligereza, el hombre y la sombra se encuentran. Se funden. Una sombra es un hombre cuando el mosquito a la muerte se acerca. (Traducción de Javier Marías, 1992)

Reseñas: «Douglas era uno de los hombres que sentía la llegada inminente de la muerte. Su fatalismo se debía a la sensación de que había agotado su ración de buena suerte en la guerra del desierto.»
Antony Beevor

«Escribió el libro más cautivador y conmovedor que uno recuerda sobre un grupo de hombres en guerra.»
Agustín Díaz Yanes Blog de Javier Marías: https://javiermariasblog.wordpress.com/category/reino-de-redonda/