El viernes 20 de septiembre estará con nosotros a Wolfram Eilenberger para presentar su libroTiempo de Magos (ed. Taurus). La historia de cómo cuatro genios revolucionaron la filosofía y cambiaron nuestra forma de entender el mundo.
El jueves 19 enviaremos una delegación al Espacio Fundación Telefónica para la presentación de Desierto Sonoro, de Valeria Luiselli. En este libro un matrimonio en crisis viaja en coche con sus dos hijos pequeños desde Nueva York hasta Arizona.
El miércoles 11 de septiembre tendremos con nosotros a la autora vasca Eider Rodríguez, para presentarnos Un corazón demasiado grande(ed. Literatura Random House), su nuevo libro de relatos a la que se suma una antología de sus mejores cuentos ya publicados.
Llega el viernes y toca jarana y divertimento y que mejor que hacerlo de la mano de Choche Ezequiel, quien ha tomado nuestra sala de exposiciones. Con el título de Lucero, Choche ha credo con sus diversas obras un complejo visual lleno de referencias pop que se entremezclan para confomar un rico panorama iconográfico. Además Choche altera los tradicionales soportes pictóricos mezclándolos con elementos tradicionales como el hule u otros más icónicos como banderas de nylon resaltando así la potencia de su obra. Bajo un tamiz jocoso el artista reflexiona sobre problema como el terrorismo islámico o los asesinatos en España. Que la risa no os confunda, venid a comprobarlo hasta el 2 de octubre.
Volvemos de las vacaciones con las pilar cargadas y en compañía de la editorial Fulgencio Pimentel que, durante el mes de septiembre, ocupará nuestra estantería de destacados.
El martes 21 llevaremos a cabo una actividad en torno al debate y la memoria que, en palabras de su moderador, Mario Martínez Zauner, podría entenderse así: Las formas de expresión de la memoria son muchas y muy variadas, pero tienden a converger en dos elementos fundamentales: palabra e imagen. Bien sea mediante la narración o la proyección visual, la memoria, como relación compleja entre pasado, presente y futuro, abre pasadizos e itinerarios en el tiempo para recuperar acontecimientos, personajes y situaciones. Y en su actividad incesante deja rastros de símbolos, afectos y sentidos que habitan los cuerpos y componen las almas tanto de quienes la manifiestan como de quienes reciben su expresión.