Manuel Luis Alonso nació en Zaragoza, pero ha vivido en casi todas las regiones españolas. Trabajó en ocupaciones diversas, ha sido periodista y crítico de cine y teatro. Desde 1979 se dedica exclusivamente a la literatura. Ganó el Premio Altea , el Premio Jaén, el Premi Protagonista Jove de la Generalitat de Cataluña, el Premio Librerio de la Junta de Andalucía y el Premio Ala Delta, entre otros. Tiene más de treinta libros publicados. Le gusta el mar, el campo y a veces también la ciudad. Disfruta con los viajes improvisados y con la gente que tiene sentido del humor.
Magdalena se despertó de golpe a medianoche con la impresión de que algo estaba a punto de ocurrir. Echó un vistazo distraído por la ventana del baño, y fue entonces cuando vio una silueta inmóvil en la casa de enfrente, que hasta hace poco estaba deshabitada. Desde entonces, sus amigos llamarían a ese sitio «la casa del hombre muerto».
Eduardo, un muchacho huérfano de dieciséis años, va a Palma de Mallorca para encontrarse con su tío Miguel, un hombre rico y enigmático, que a partir de entonces será su tutor. Pero el tío Miguel resulta ser un estafador y carterista que intentará enseñar el oficio a su sobrino. Un final lleno de sorpresas marcará profundamente la vida de Eduardo.
Magdalena se despertó de golpe a medianoche con la impresión de que algo estaba a punto de ocurrir. Echó un vistazo distraído por la ventana del baño, y fue entonces cuando vio una silueta inmóvil en la casa de enfrente, que hasta hace poco estaba deshabitada. Desde entonces, sus amigos llamarían a ese sitio «la casa del hombre muerto».
Eduardo, un muchacho huérfano de dieciséis años, va a Palma de Mallorca para encontrarse con su tío Miguel, un hombre rico y enigmático, que a partir de entonces será su tutor. Pero el tío Miguel resulta ser un estafador y carterista que intentará enseñar el oficio a su sobrino. Un final lleno de sorpresas marcará profundamente la vida de Eduardo.