Carcelona, 1974. Hijo de Mercè y Jaume, nieto de Ramona, hermano de Anna y Mónica. Ha vivido en Londres, Sâo Paulo, Miami, Caracas, Bogotá y Buenos Aires. A ratos, también en Carcelona. Activista cultural, dirige propuestas escénicas y escribe.
Este libro inclasificable no es solo un sumario razonado de notas y cartas escritas por suicidas. Es también una aproximación al pulso que late bajo la decisión extrema de quitarse la vida. Porque ninguna nota redactada antes de un suicidio consumado se escribe en balde. Marc Caellas aplica el oído a la pared torácica de cada nota, como quien ausculta, para sondear el fondo ...
Este artefacto literario escrito a cuatro manos por Marc Caellas y Esteban Feune de Colombi recoge veinte singulares rutas a pie. Juntos caminan trenes, rechazos, amaneceres, palacios abandonados, olores, silencios? No es un libro de autoayuda; tampoco una reflexión sobre el caminar. Pero sí un salvavidas para transitar abismos o una lente para observar, walserianamente, el mundo y sus detalles a través de algo ...
Las breves crónicas de Caellas destilan una ironía fina, esmerada, sin miedo a la represalia por meter el dedo en el ojo, con cero resentimiento. Nadie tiene la culpa de que la fiesta de la patrona de Carcelona coincida con la de las instituciones penitenciarias, ni de que la fiesta de los presos sea más chistosa que los carísimos anuncios publicitarios de Woody Allen. ...
Este libro inclasificable no es solo un sumario razonado de notas y cartas escritas por suicidas. Es también una aproximación al pulso que late bajo la decisión extrema de quitarse la vida. Porque ninguna nota redactada antes de un suicidio consumado se escribe en balde. Marc Caellas aplica el oído a la pared torácica de cada nota, como quien ausculta, para sondear el fondo ...
Este artefacto literario escrito a cuatro manos por Marc Caellas y Esteban Feune de Colombi recoge veinte singulares rutas a pie. Juntos caminan trenes, rechazos, amaneceres, palacios abandonados, olores, silencios? No es un libro de autoayuda; tampoco una reflexión sobre el caminar. Pero sí un salvavidas para transitar abismos o una lente para observar, walserianamente, el mundo y sus detalles a través de algo ...
Las breves crónicas de Caellas destilan una ironía fina, esmerada, sin miedo a la represalia por meter el dedo en el ojo, con cero resentimiento. Nadie tiene la culpa de que la fiesta de la patrona de Carcelona coincida con la de las instituciones penitenciarias, ni de que la fiesta de los presos sea más chistosa que los carísimos anuncios publicitarios de Woody Allen. ...