Gianni Pacinotti (Pisa, 1963), conocido como Gipi, comenzó a publicar en abril de 1994 ilustraciones y relatos breves en la revista satírica Cuore, pero fue en Blue, una revista erótica, donde publicó su primera historieta completa. En la actualidad realiza ilustraciones para La Repubblica e imparte conferencias sobre la historieta en varias academias de Bellas Artes en Italia. Ha recibido numerosos premios por su manera tan especial de contar la vida cotidiana en Italia y su obra goza de un enorme prestigio tanto en Europa como en Estados Unidos. En España se han publicado Los inocentes, Exterior noche, El local, S, Mi vida mal dibujada, Apuntes para una historia de guerra, que recibió en 2006 el Premio a la Mejor Obra en el Festival Internacional de Cómic de Angulema, y unahistoria (Salamandra, 2014).
El joven Aldobrando ha vivido siempre bajo la tutela del hechicero que lo adoptó cuando era niño. Tímido y asustadizo, se pasa el día encerrado en una cabaña. Para animarlo a ir más allá, su mentor lo invita a participar en un conjuro que, por desgracia, sale mal. El brujo recibe una herida mortal y Aldobrando se ve forzado a salir en busca de ...
Sobre las causas y los motivos que condujeron al fin habrían podido escribirse capítulos enteros en los libros de historia. Pero después del fin ya no se escribieron más libros.
Un hombre de unos cincuenta años, en evidente estado de confusión, ha sido encontrado en una playa y trasladado a un hospital psiquiátrico. Se trata de Silvano Landi, escritor de éxito, que parece no discernir la realidad de la ficción: dibuja compulsivamente dos imágenes recurrentes —una estación de servicio y un gran árbol desnudo— y está obsesionado con el hallazgo de las cartas que ...
"La guerra había llegado hasta nosotros el dieciocho de enero. Había otras guerras por ahí, claro, pero nosotros no teníamos nada que ver. Eran guerras de negros. Guerras de árabes. Guerras de eslavos (...) Nuestra guerra había empezado el dieciocho de enero, y en pocos días todo había cambiado".
El vigoroso desparpajo formal de Gipi le permite saltarse todas las reglas, mezclar drama y comedia, fantasía y costumbrismo, así como mezclar color y blanco y negro. En esta ocasión es su propia vida la que nos cuenta, y lo hace en primera persona, en tono íntimo y jocoso.
Cuatro chavales consiguen un local donde ensayar sus canciones ásperas, donde aislarse y ser otra cosa, aspirar a otra cosa. Un local donde cantar, gritar, soñar. La realidad acabará por imponerse.
Gipi, con su estilo despojado, firma un ejercicio de melancolía y nos habla de su padre como quien contara un sueño: enlaza recuerdos desordenados y hace de él un retrato preciso y emotivo.
El joven Aldobrando ha vivido siempre bajo la tutela del hechicero que lo adoptó cuando era niño. Tímido y asustadizo, se pasa el día encerrado en una cabaña. Para animarlo a ir más allá, su mentor lo invita a participar en un conjuro que, por desgracia, sale mal. El brujo recibe una herida mortal y Aldobrando se ve forzado a salir en busca de ...
Sobre las causas y los motivos que condujeron al fin habrían podido escribirse capítulos enteros en los libros de historia. Pero después del fin ya no se escribieron más libros.
Un hombre de unos cincuenta años, en evidente estado de confusión, ha sido encontrado en una playa y trasladado a un hospital psiquiátrico. Se trata de Silvano Landi, escritor de éxito, que parece no discernir la realidad de la ficción: dibuja compulsivamente dos imágenes recurrentes —una estación de servicio y un gran árbol desnudo— y está obsesionado con el hallazgo de las cartas que ...
"La guerra había llegado hasta nosotros el dieciocho de enero. Había otras guerras por ahí, claro, pero nosotros no teníamos nada que ver. Eran guerras de negros. Guerras de árabes. Guerras de eslavos (...) Nuestra guerra había empezado el dieciocho de enero, y en pocos días todo había cambiado".
El vigoroso desparpajo formal de Gipi le permite saltarse todas las reglas, mezclar drama y comedia, fantasía y costumbrismo, así como mezclar color y blanco y negro. En esta ocasión es su propia vida la que nos cuenta, y lo hace en primera persona, en tono íntimo y jocoso.
Cuatro chavales consiguen un local donde ensayar sus canciones ásperas, donde aislarse y ser otra cosa, aspirar a otra cosa. Un local donde cantar, gritar, soñar. La realidad acabará por imponerse.
Gipi, con su estilo despojado, firma un ejercicio de melancolía y nos habla de su padre como quien contara un sueño: enlaza recuerdos desordenados y hace de él un retrato preciso y emotivo.