"La guerra había llegado hasta nosotros el dieciocho de enero. Había otras guerras por ahí, claro, pero nosotros no teníamos nada que ver. Eran guerras de negros. Guerras de árabes. Guerras de eslavos (...) Nuestra guerra había empezado el dieciocho de enero, y en pocos días todo había cambiado".
Gipi, con su estilo despojado, firma un ejercicio de melancolía y nos habla de su padre como quien contara un sueño: enlaza recuerdos desordenados y hace de él un retrato preciso y emotivo.
"La guerra había llegado hasta nosotros el dieciocho de enero. Había otras guerras por ahí, claro, pero nosotros no teníamos nada que ver. Eran guerras de negros. Guerras de árabes. Guerras de eslavos (...) Nuestra guerra había empezado el dieciocho de enero, y en pocos días todo había cambiado".
Gipi, con su estilo despojado, firma un ejercicio de melancolía y nos habla de su padre como quien contara un sueño: enlaza recuerdos desordenados y hace de él un retrato preciso y emotivo.