Stéphane Mallarmé (París, 1842 - Vervins, 1898). Després de l'Hérodiade, que no tingué gaire èxit, fins a l'elogi que Huysmans en féu en À rebours, l'obra més completa de Mallarmé és Igitur ou la folie d'Eldehnon (1925). Reaccionà progressivament contra el Parnàs, que el féu, conjuntament amb Verlaine, capdavanter dels grups d'avantguarda anomenats simbolistes. El 1876 publicà l'Après-midi d'un faune, per al qual Debussy compongué un Prélude (1891). El 1887 es publicà, en una edició molt limitada, l'Album de vers et de prose, Pages. Aprofità la seva retirada de l'ensenyament per a dur a terme l'ambició, sempre present, del llibre absolut que, sortint dels camins fressats, n'obriria de nous a l'expressió poètica. Pensà d'haver-ho aconseguit amb Un coup de dés jamais n'abolira le hasard (1897), on la tipografia i la disposició de les lletres en la plana constitueixen jocs que cal afegir al contingut semàntic i que han de donar al missatge poètic tot el seu valor.
La siesta del fauno y Herodías fueron dos de los primeros proyectos poéticos de Mallarmé, y a los que dedicó más años de su vida. La escritura de ambos empezó a principios de los años sesenta, poco después de que Mallarmé volviera a Francia tras pasar unos años en Gran Bretaña.
La siesta del fauno apareció por primera vez como una colección de diez ...
Muy en consonancia con el gusto de la época, que solía ambientar las historias -tanto las de la novela como las del teatro y la ópera- en lugares lejanos del vibrante París del fin de siglo, esta serie de textos se amoldó a un estilo galante en el que hay abundancia de palacios lujosos, ropas refinadas, príncipes, princesas, fieras y dioses. Mallarmé no vio ...
De entre el Himalaya de genio que forma la poesía francesa desde Gérard de Nerval a Paul Valéry, en la que se cuentan, entre otros, nada menos que Baudelaire, Verlaine o Rimbaud, probablemente sea Stéphane Mallarmé (1842-1898) en el que se den mayores sutileza, musicalidad, concentración formal, manejo del matiz, elegancia y secreta oblicuidad. El presente volumen reúne una imprescindible muestra de sus poemas, ...
"Jamás he empleado la imprecisa palabra ilustración." Y es cierto que para traducir la inspiración que obtenía de la poesía o de la literatura Odilon Redon utilizaba técnicas personales. Sin "ilustrar" jamás, Odilon Redon destaca en expresar o interpretar mediante el dibujo el espíritu de un texto.
«TODO el mundo culto sabe hoy que Mallarmé (1842-1898) acertó al llevar el verso clásico a un grado de perfección sonora, de belleza plástica e interior, de poder mágico que aún no había alcanzado, y creo que no alcanzará otra vez».
La siesta del fauno y Herodías fueron dos de los primeros proyectos poéticos de Mallarmé, y a los que dedicó más años de su vida. La escritura de ambos empezó a principios de los años sesenta, poco después de que Mallarmé volviera a Francia tras pasar unos años en Gran Bretaña.
La siesta del fauno apareció por primera vez como una colección de diez ...
Muy en consonancia con el gusto de la época, que solía ambientar las historias -tanto las de la novela como las del teatro y la ópera- en lugares lejanos del vibrante París del fin de siglo, esta serie de textos se amoldó a un estilo galante en el que hay abundancia de palacios lujosos, ropas refinadas, príncipes, princesas, fieras y dioses. Mallarmé no vio ...
De entre el Himalaya de genio que forma la poesía francesa desde Gérard de Nerval a Paul Valéry, en la que se cuentan, entre otros, nada menos que Baudelaire, Verlaine o Rimbaud, probablemente sea Stéphane Mallarmé (1842-1898) en el que se den mayores sutileza, musicalidad, concentración formal, manejo del matiz, elegancia y secreta oblicuidad. El presente volumen reúne una imprescindible muestra de sus poemas, ...
"Jamás he empleado la imprecisa palabra ilustración." Y es cierto que para traducir la inspiración que obtenía de la poesía o de la literatura Odilon Redon utilizaba técnicas personales. Sin "ilustrar" jamás, Odilon Redon destaca en expresar o interpretar mediante el dibujo el espíritu de un texto.
«TODO el mundo culto sabe hoy que Mallarmé (1842-1898) acertó al llevar el verso clásico a un grado de perfección sonora, de belleza plástica e interior, de poder mágico que aún no había alcanzado, y creo que no alcanzará otra vez».