«Quería lucirme ante ti, hacer gala de fuerza de voluntad, esperar antes de escribirte, despachar antes un acta, pero el despacho está vacío, nadie hace caso de mí, es como si se dijeran: Dejadle, no veis cómo cumple sus obligaciones, es como si tuviera un puño metido en la boca. Así, sólo he escrito media página y estoy otra vez contigo, echado sobre la ...