En la feroz, brutal Ciudad de México, donde el aire es denso y la violencia está siempre latente, hay un policía rudo, de la vieja escuela, que se aclara la garganta con lingotazos de whisky. Emiliano Conejero es duro pero sentimental, como bien saben sus pintorescos subalternos. Hay, claro, una chica, Julia Gis, una niña bien que lo atempera y, como no, hay un ...