El 19 de junio de 1762 el Petit Conseil de Ginebra condenaba dos obras aparecidas ese mismo año, el "Emilio" y "El Contrato Social", debidas a la pluma de Jean-Jacques Rousseau. Se las consideraba "temerarias, escandalosas, impías, tendientes a destruir la religión cristiana y todos los gobiernos", y de ahí la implacable sentencia: debían ser "laceradas y quemadas".
Cuando Rousseau entró en la disputa ...