En el siglo XIX, los interiores domésticos de las clases acomodadas comienzan a llenarse de objetos preciosos y sofisticados: juguetes ópticos, pianolas, cajas de música, cromos desplegables o autómatas engalanados con prendas de vestir tan despampanantes como las de sus dueñas. Las ciudades de Occidente integran, al tiempo, lugares de ocio para disfrute de sus habitantes pudientes con atracciones de feria, planetarios, norias y ...
19,50 €
Disponible 2 días