Con su clásico afán provocativo, Henry Miller repasa ese hábito extraño, compulsivo y ya ni siquiera inconfesable, que todo lector febril ha practicado: leer en el retrete. En nuestra reverente adoración de la lectura, la llevamos con nosotros a lugares que no parecen muy aptos, precisamente, para la reverencia. Ésa es la contradicción que atrae la mirada de francotirador de Miller. En un texto ...