Mientras los griegos ricos se las ingenian para no pagar impuestos, los griegos empobrecidos sólo pueden indignarse ante el fraude fiscal o desesperarse. Sin embargo, un hombre, tras enviar cartas de amenaza, va a tomarse la justicia por su mano. Entretanto, en la Atenas al borde de la quiebra, todo está patas arriba, excepto el Departamento de Homicidios, donde sólo hay rutina y burocracia. ...