El retorno de la religión ha alcanzado, estos últimos años, una dimensión espectacular, incluso inquietante. ¿Retorno de la espiritualidad? Ningún problema, es algo de lo que deberíamos congratularnos. ¿Retorno de la fe? Nada que objetar. El problema es el dogmatismo que, a menudo, acaba convirtiéndose en oscurantismo, integrismo y fanatismo. Sin embargo, no se trata de combatir la religión, pues ello supondría equivocarse de ...