El apacible Gilles C. , traductor que ha sobrepasado la cincuentena, se instala, rodeado de sus cuarenta y siete gatos, en una paradisíaca y diminuta isla francesa, que es como «un pedazo de Cerdeña en medio del canal de la Mancha». De pronto Gilles C. se convierte en punto de mira de los veraneantes de la isla, acomodados intelectuales y familias parisienses, llenos de ...