La República de las Letras no tiene fronteras,
ni gobierno, ni jerarquía. Alejada de cualquier
especialización, sus miembros son estudiosos
interesados en cualquier rama del saber, que no
esperan remuneración alguna por sus conocimientos.
A pesar de sus logros extraordinarios
-filológicos, filosóficos y científicos-, fueron
generalistas vivamente interesados en muy
diversos aspectos del espíritu humano. Ya desde
sus inicios, significó algo así como la defensa
de un comercio amical con los vivos y los ...